Apostar por la sostenibilidad: mandato ético y oportunidad

Carolina López

Responsable de Comunicación y Sostenibilidad de SERNAUTO

Nueve de cada diez negocios en España son pequeñas y medianas empresas. Somos un país de pymes y nuestro sector no es una excepción. Entre los proveedores españoles de automoción encontramos una importante representación de empresas de capitalización media y pymes. Desde un fuerte arraigo local, todas ellas crean empleo, riqueza y dinamismo social en sus territorios. Su protagonismo en la economía es innegable y, por ello, también debe serlo en el gran reto que afronta la humanidad: el de su futuro.

La palabra ‘sostenibilidad’ se ha convertido en una moneda de uso corriente en las conversaciones. En un momento en que todo parece ser sostenible, conviene detenerse a reflexionar sobre su verdadero significado y esto pasa por mirar precisamente al futuro. La sostenibilidad nace de la certeza de que la supervivencia de nuestro planeta y de la vida tal y como la conocemos peligran si no se toman medidas para revertir los efectos más dañinos del cambio climático, erradicar la desigualdad en la sociedad y garantizar la prosperidad para todos. La sostenibilidad solo puede existir como un verdadero equilibrio entre las dimensiones ambiental, social y económica.

Consciente de la magnitud de este reto, en 2019 la ONU inauguró oficialmente “la década de acción”: el punto de partida para movilizar la financiación y redoblar esfuerzos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030. En el llamamiento de Naciones Unidas la acción se declinaba en tres niveles: acciones a nivel mundial, acciones a nivel local y acciones por parte de las personas. En este tercer grupo no solo aparecen los ciudadanos, sino que también el sector privado se posiciona como una agente clave en la transformación de los objetivos en medidas tangibles.

Las empresas, por tanto, tienen una responsabilidad que no siempre encuentra acomodo en su realidad. Si bien, según Pacto Mundial España, el 86,8% de las pymes españolas reconocen llevar a cabo acciones que contribuyen a los ODS; lo cierto es que aún queda mucho por encauzar estos esfuerzos desde un enfoque estratégico. Y sí, sabemos que la sostenibilidad es hoy un imperativo ético, un contrato con las generaciones que sucederán a la nuestra, y probablemente la única garantía de que su legado subsista al paso de tiempo. ¿Pero cuál es el valor de la sostenibilidad en el día a día de una pyme? ¿Cómo pensar en el futuro cuando el presente es cada vez más complejo?

Para poder contestar estas preguntas debemos volver a los fundamentos básicos de cualquier empresa: la competitividad. Apostar por la sostenibilidad representa hoy una oportunidad de negocio. Ya estamos viendo, cada vez más, cómo las pymes que integran la sostenibilidad en su estrategia tienen acceso a nuevas fuentes de financiación y pueden atraer a nuevos inversores. Estas empresas sostenibles no solo entran en mercados hasta ahora reservados para las más grandes, sino que también se encuentran mejor posicionadas para atraer y retener talento diferencial. Y esto, a su vez, redunda en una mejora de la productividad.

La agenda sostenible tiene, además, el poder de crear un lenguaje común para todos los agentes de la sociedad —empresas, instituciones, gobiernos, sociedad civil—a través de marcos como los Objetivos de Desarrollo Sostenible o los Principios de Pacto Mundial. Compartir el mismo idioma ayuda a las pymes a dialogar con sus grupos de interés y entender los requisitos de sostenibilidad que les exigen. Entre ellos cobran especial relevancia los que asumen con otras empresas más grandes al ser parte de  su cadena de suministro. De acuerdo con Pacto Mundial España, cinco de cada 10 grandes empresas ya evalúan a proveedores bajo criterios medioambientales, más de un 40% tienen cláusulas contractuales por motivos de sostenibilidad, y un 40% valora a sus potenciales proveedores según criterios de derechos humanos.

Además de ganar atractivo a ojos de financiadores, potenciales empleados y clientes, una empresa sostenible está mejor preparada hoy para lo que será obligatorio por ley mañana. La consolidación del nuevo marco jurídico en torno a la sostenibilidad (taxonomía o directiva europea de informes de sostenibilidad corporativa, entre otros ejemplos) impactará en unos años al ámbito de las pymes, y quienes ya hayan dado los primeros pasos podrán recorrer con más seguridad el resto del camino.

Resueltas las preguntas iniciales, llega otra cuestión aún más importante: ¿cómo empezar? En la transición del marco teórico a la realidad, las pymes españolas señalan la falta de conocimiento y recursos como obstáculos para incorporar la sostenibilidad en su negocio. Por ello, desde SERNAUTO asumimos el liderazgo en nuestro sector: sensibilizamos y acompañamos a las empresas a la hora de convertir retos sociales y ambientales en estrategias de sostenibilidad, y las conectamos con otras instituciones que promueven el desarrollo sostenible.

A través de la Comisión de Negocio Responsable, nuestras empresas conocen buenas prácticas, descubren herramientas para mejorar sus informes no financieros, y acceden a conocimiento y asesoramiento especializado tanto en las últimas tendencias ESG (ambiental, social y de gobernanza) como en las novedades legislativas de mayor impacto para la industria. Y en esta labor —al igual que en toda la actividad impulsada por SERNAUTO— la colaboración se erige como la única vía posible para mirar de frente al gran reto de la humanidad.

Porque, como expuso Antonio Guterres, secretario general de la ONU, en el reciente Foro de Davos: “ahora más que nunca, es el momento de forjar las vías de la cooperación en nuestro mundo fragmentado. De adoptar instituciones multilaterales, de llevar la confianza allí donde se necesita urgentemente, porque el mundo no puede esperar”.

¡No esperes, conoce más a fondo nuestra Comisión de Negocio Responsable!

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